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Inicio (y fin): Mes 1 (o 13)

Está comenzando el nuevo ciclo solar. Se acaba de cerrar uno y recién estamos despegando junto con el Sol. Apenas. De hecho, la palabra solsticio quiere decir “Sol quieto”, y esto se debe a que durante este acontecimiento el astro rey pareciera detenerse en su recorrido, para reiniciar su marcha un par de días después. Por eso estos días son un tanto “inmóviles”. La partida es un movimiento interno, un tránsito casi imperceptible, una intención: es más bien un ánimo de fin y comienzo, la conciencia de que en lo invisible un nuevo ciclo comienza también en nuestra vida.

Este mes lunar, que es mitad del año anterior y mitad del que recién comienza, enlaza ambos ciclos solares, le da continuidad y sentido a este paso entre lo que ha de morir y lo que prosperará y crecerá. Es el portal, el germen, la vía subterránea. Ningún año es igual a otro, ningún inicio o final será igual tampoco. Un rito que es como una obra de teatro en la que repetimos el texto y los movimientos, pero que en cada función es siempre distinta, se siente diferente, jamás se repite. Así también, cada vez que iniciamos el año y lanzamos nuestra intenciones al Universo, esperamos que nuestra vida se renueve y que realmente sea en algún sentido, diferente de lo que ha sido hasta ahora.

Como todos los procesos, cuyas etapas de desarrollo tardan tiempo en desenvolverse, no es que el año inicie y todo cambie de un día para otro. Las repercusiones de los sucesos se dejan sentir por largo tiempo. Ocurre así también con el solsticio, no en vano venimos atravesando los días más fríos y oscuros del año, y será así por un tiempo más. Por tanto, como la oscuridad y el frío imperan, no es tiempo de hacer grandes esfuerzos. ¿Qué es lo que realmente dan ganas de hacer, que es lo que dicta el cuerpo, el sentido común? Voy a aventurar algunas respuestas: abrigarnos, estar en casa, dormir, comer cosas calientes, tomar infusiones, juntarnos con las amistades más íntimas, cortar algunas rutinas, hábitos y relaciones que nos quitan energía y nos hacen daño. Estos días son como un portal, una suspensión en el tiempo que nos permite estar entre el antiguo ciclo y el nuevo, tirando hilos de un lado a otro, cortando algunos, decidiendo qué nos traeremos y que dejaremos atrás. Es como un cambio de casa. ¡Cuántas cosas botamos cuando nos mudamos!. Son días introspectivos, por lo mismo bastante cansadores y por tanto necesitamos también mucho descanso. Cuando descansamos, ciertamente estamos con una mejor disposición ante la vida, vemos más claramente las cosas y por tanto podemos también discernir y decidir mejor. ¡Descansar es muy importante! 

Todo este mes lunar es para hacer la gran evaluación. Exige la calma, la distancia del mundo tan propia del invierno. Nos convoca a aquietarnos y emprender el viaje hacia adentro, hacia nuestros anhelos y frustraciones, hacia todo aquello que hemos hecho y lo que no, lo que deseamos hacer y también todo lo que queremos dejar de hacer. Es un mes para sincerarnos y decirnos qué tanto nos gana el cansancio, la rutina, el automatismo o el miedo a cambiar y hacer de nuestra vida todo lo vibrante  y apasionante que queremos que sea.

Es un mes oscuro, invierno profundo. Nos puede parecer difícil, pero es el mejor momento para ir hasta la raíz. Quedarnos en la superficie de las cosas es desaprovechar este momento único del ciclo anual. Recuerda que las piedras preciosas están ocultas en la oscuridad de la Tierra. Cuando averiguas cómo es que se forman, entiendes que son muchos los procesos y dificultades que permiten su purificación. Y eso es lo que las hace brillar.

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